"Tengo seis años de edad y es mi primer día de escuela. Al sonar la campana para ir al recreo, todos mis compañeros de clase corren fuera del salón. Yo, a diferencia de ellos, no puedo ver. Al menos no con mis ojos. En lugar de eso, choco mi lengua y escucho los ecos de la pared que está a mi izquierda", relata Daniel Kish en la versión electrónica de la revista New Scientist. Él es Maestro en desarrollo psicológico y orientación...