"Tengo seis años de edad y es mi primer día de escuela. Al sonar la campana para ir al recreo, todos mis compañeros de clase corren fuera del salón. Yo, a diferencia de ellos, no puedo ver. Al menos no con mis ojos. En lugar de eso, choco mi lengua y escucho los ecos de la pared que está a mi izquierda", relata Daniel Kish en la versión electrónica de la revista New Scientist.
Él es Maestro en desarrollo psicológico y orientación especial, prestigiado porque es una de las pocas personas ciegas que ha mantenido un empleo como especialista en movilidad y orientación por un largo periodo de tiempo. Es capaz de ubicarse y describir con gran precisión los ambientes que le rodean al producir sonidos con su lengua y escuchar el eco que éstos crean al chocar con los objetos.
Su capacidad se denomina ecolocalización y es el modo en que los murciélagos se orientan. También es parte de la forma en que los submarinos se ubican en aguas profundas. La ecolocalización es susceptible de ser aprendida por las personas. Pero, claro, es mucho más útil para quienes están ciegos.
Kish tiene una escuela dedicada a ensañarles a niños y adultos con problemas de visión la habilidad de la ecolocalización. Los resultados que ha obtenido muestran que es posible confiar en esta capacidad casi tanto como en la vista. A continuación te mostramos un video sobre su experiencia:
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