Los montañistas aumentan su grosor corneal en grandes altitudes, pero no afecta a la visión
Las córneas de las personas que practican montañismo suelen experimentar un aumento de grosor durante la escalada, pero no parece que afecte a la visión en altitudes inferiores a los 6.300 metros, según un artículo publicado en Archives of Ophthalmology.
"Como consecuencia de la exposición a condiciones atmosféricas hipobáricas con un descenso consecutivo en la saturación de oxígeno, la escalada a gran altitud puede llevar a sufrir el mal de altura y el poco frecuente, aunque muy grave, edema cerebral relacionado con la altitud", señala el estudio. También se producen cambios en la córnea, que pueden suponer una amenaza para la visión.
La Dra. Martina Monika, del University Hospital de Zurich, Suiza, y su equipo estudiaron los efectos de la altitud en el grosor corneal de 28 voluntarios sanos que ascendieron el Monte Muztagh Ata (6.265 metros) en el oeste de China.
A los montañistas se les asignó de forma aleatoria dos rutas de ascensión, una de las cuales suponía un tiempo de aclimatación menor. En los participantes de ambos grupos se produjo un incremento del grosor corneal con la altitud.
El descenso de los niveles de oxígeno en sangre fue paralelo a este incremento. El grupo con menor tiempo de aclimatación experimentó un incremento mayor de su grosor corneal.
Sin embargo, no se observó un descenso significativo de la agudeza visual en ninguno de los dos grupos.
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